Peinando mis Alas
Para peinar las alas de Fernanda,
no hacen falta ni peines ni tijeras,
ni espejos, ni manos peluqueras,
hacen falta caricias de lavanda;

Y besos de alcanfor y dedos graves
que sepan desatar rizos y nudos,
y cielos solitarios y desnudos,
de besos y de aves.
Para peinar las alas de Fernanda,
su boca manda,
un amor de incendios y de balas;
Una brisa de tul, un sentimiento,
acaso un suave viento,
que entibie la ternura de sus alas.
El caballo de Atila
1 Comentarios:
Eso tiene de malo, la infinitud de la blogósfera, muchas veces la recorremos sin saber quien está del otro lado.
Besos tardíos.
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