
Como cada tarde noche volvi a pasar, como te prometi por la fuente.
Hoy estaba con sus luces, y sus chorros, tal vez por eso no te encontre sentado alli.
La acera estaba mojada, como la ciudad a sus ojos por no encontrarte, por no verte en el mismo lugar robandole su aire.
2 Comentarios:
Era de noche.
El chico llegó a la plaza de la fuente bastante cansado ya, y con las botas en huelga de dar pasos. Se sentó en el bordillo de la fuente, que estaba irónicamente seco y no alcanzaban las breves salpicaduras del agua que la fuente dejaba manar.
Contó las estrellas, y le puso nombre a cada una. Se guardó sólo una en el bolsillo y se calzó las alas de ir a contraviento.
Y se fue, pero sin botas.
Un beso para Fer.
siempre tenes las palabras justas para acariciarme las alas!
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